Los días de Sebastián son como una secuencia Fibonacci que se reinicia cada día. Una espantosa rutina cuyo resultado es la masa de músculos perfectamente adiestrados para causar dolor y brindar un adictivo espectáculo para las mentes sádicas que pululan en esta ciudad.
La fama de la disciplina de Sebastián llegó a los oídos de Vanessa, quién quiso verificar, aprender y de ser posible poner en practica el método Collins, en caso de ser posible, para el Zona Norte FC.
Le bastaron a Vanessa tres llamadas telefónicas para organizar su visita al Gimnasio Baritsu.
Llegó puntual a la cita, a las 5:03 am, bolsa Gucci en la mano izquierda, termo de café en la derecha y unas gafas como parapeto del par de las bien ganadas ojeras. Ni las gafas, ni las ojeras, ni el puto sueño estorbaron a su mirada del espectáculo que proveía el entrenamiento matutino del equipo del Baritsu.
La cacofonía de golpes y gritos formaban la banda sonora perfecta para la sincronizada coreografía del brutal entrenamiento del equipo Baritsu.
Diecisiete minutos después de haber entrado al gimnasio, Vanessa tomó dos decisiones: el Zona Norte FC y el gimnasio Baritsu firmarán un acuerdo de colaboración y va a cogerse a Sebastián Collins.