La Santa Vehmex

Correo Electrónico a José Márquez editor de la sección deportes del Periódico La Neta

Para: jose@periodicolaneta.com

De: mperezzinn@periodicolaneta.com

Asunto:

Estimado José,

Espero este correo electrónico te encuentre bien. Junto con los otros miembros del consejo directivo hemos estado atentos a la sección deportivo del periódico, la cuál vemos con beneplácito es una de las aceptadas por nuestros lectores.

Como lo platicamos en la reunión de editores que tuvimos, la línea con la que hemos manejar el periódico que tengo el honor de dirigir es con un énfasis especial en el aspecto social, y queremos mostrar casos de éxito tijuanenses, que se hayan construido fundados en el trabajo arduo y honesto, característica de la ciudad. Por ejemplo: el Zona Norte Fútbol Club.

Por lo que me tomó la libertad de solicitarte una cobertura más amplia a las actividades del club, que tengas reporteros siempre en el estadio y haya una mayor exposición de las actividades deportivas y extradeportivas del club.

Estaremos atentos a tu sección y te reiteramos la felicitación por el gran trabajo que estás haciendo.

Atentamente;

Lic. Manuel Pérez Zinn

Director General Periódico La Neta

La Santa Vehmex

El décalogo de la División del Norte

  1. Para ser miembro de La División del Norte deberás tener la aprobación de otros siete miembros de la División del Norte.
  2. Se pertenece a La División del Norte para toda la vida.
  3. Se apoya única y exclusivamente al Zona Norte FC.
  4. Todo Miembro de la División del Norte se abstendrá de por vida de ingerir bebidas alcohólicas, fumar tabaco o utilizar cualquier tipo de estupefacientes.
  5. Todo Miembro de la División del Norte deberá ejercitarse diariamente. Por lo menos correr 10 kilómetros diarios.
  6. Todo miembro de la división del norte deberá tener empleo y ser autosuficiente económicamente.
  7. Todo miembro de la División debe aspirar a desarrollarse intelectualmente.
  8. Ningún miembro de la División del Norte puede violentar de ninguna forma a una mujer.
  9. Ningún miembro de la División del Norte puede robar.
  10. Siempre se debe estar dispuesto a ayudar a otro miembro de la División del Norte.
La Santa Vehmex

De cuando Vanessa conoce a Sebastián

Los días de Sebastián son como una secuencia Fibonacci que se reinicia cada día. Una espantosa rutina cuyo resultado es la masa de músculos perfectamente adiestrados para causar dolor y brindar un adictivo espectáculo para las mentes sádicas que pululan en esta ciudad.

La fama de la disciplina de Sebastián llegó a los oídos de Vanessa, quién quiso verificar, aprender y de ser posible poner en practica el método Collins, en caso de ser posible, para el Zona Norte FC.

Le bastaron a Vanessa tres llamadas telefónicas para organizar su visita al Gimnasio Baritsu.

Llegó puntual a la cita, a las 5:03 am, bolsa Gucci en la mano izquierda, termo de café en la derecha y unas gafas como parapeto del par de las bien ganadas ojeras. Ni las gafas, ni las ojeras, ni el puto sueño estorbaron a su mirada del espectáculo que proveía el entrenamiento matutino del equipo del Baritsu.

La cacofonía de golpes y gritos formaban la banda sonora perfecta para la sincronizada coreografía del brutal entrenamiento del equipo Baritsu.

Diecisiete minutos después de haber entrado al gimnasio, Vanessa tomó dos decisiones: el Zona Norte FC y el gimnasio Baritsu firmarán un acuerdo de colaboración y va a cogerse a Sebastián Collins.

 

La Santa Vehmex, Tijuana Saico

Su primer asesinato

El despertador sonó como diariamente a las 4:45 de la mañana. Hacer lo que no te gusta como si te gustará, se dijo Darío, en un intento de encontrar la cada vez más escurridiza ¿inspiración? Los días recientes habían sido nublados, las madrugadas frías y los pensamientos apesadumbrados. Darío revisitaba sus fracasos con la memoria. Los listaba y clasificaba en orden de importancia de mayor a menor, en orden cronológico para luego visitarlos aleatoriamente hasta desordenarlos e iniciar el ciclo revisionista de sus fracasos: el rechazo de Mónica Salas en la preparatoria, la baja en tercer semestre de preparatoria, el despido del trabajo en AS Software, el error en la portería que le costó el campeonato al Zona Norte (en su época amateur),  la muerte de su madre, la negación de la visa, cuando se cagó en la primaria, el ridículo después de no aventarse un tiro con el Fausto, la borrachera que culminó vomitando en la ropa de Claudia, el día que su padre le dijo “te quiero” y él  se preguntó porqué.

A las 4:57 inicio su matutina corrida. Comenzó justo al lado del Estadio en construcción, y a partir de ahí 5 kilómetros hacia el sur, que sumados con el regreso sumarían los obligatorios 10 kilómetros corriendo antes de las obligatorias 8 horas tomando llamadas de clientes quejosos en el call center. En el ipod sonaba Vulgar Display of Power, el reto de hoy era correr 10 kilómetros en menos de los casi 53 minutos que dura el álbum de Pantera. Be yourself, by yourself, stay away from me cantaba Phil Anselmo al oído de Darío cuando sintió la presencia de un par de salteadores de no más de 100 kilogramos de peso (entre ambos) armados uno con un estilete v42 y el otro con un pica-hielo. No había necesidad de palabras, los tres entendieron la situación. El frío, la adrenalina y la cascada de fracasos reventaron en el ser de Darío como golpe de mar. Resultando en dos devastadores y casi simultáneos puñetazos que dejaron a los asaltantes tendidos sobre la arena. Darió recogió el estilete y repartió puñaladas entre ambos. 11 al dueño del estilete y 8 al del pica-hielo.

Tres horas más tarde, Darío fue llamada por el supervisor de su grupo de trabajo. Se ganó el bono de productividad de 500 pesos por haber cumplido con todas sus métricas por tres meses seguidos.

 

Tijuana 2222

De cuando el Checo conoce al Estudio 664

Gómez Gómez y Asociados, dice el desgastado rotulo en la puerta de la oficina 222, en el segundo piso de la Plaza Defensores de Baja California. Misma que muchas de las veces sirve de estancia para su fundador el Lic. Sergio “Checo” Gómez, como aquel (este) domingo 31 de Octubre de 2010, día de brujas.

El Checo se quedó dormido con su sombrero fedora cubriéndole la cara, ambas manos en el pecho y un pie encima del otro reposando sobre el improvisado escritorio. En esa posición que de tan cómoda se ha convertido en un cliché. Uno de tantos. Hasta que su sueño fue interrumpido por un desgarrador grito que fue inmediatamente ahogado por otro: ¡callados hijos de su puta madre!

El Checo arrancó la Desert Eagle de la funda debajo del escritorio y peló oreja en un intento de saber qué chingados estaba pasando, de dónde chingados venían ambos gritos y quién chingados los profería. No tardó mucho en deducir lo que estaba pasando. Les cayeron a los pinches morros milenials que rentaban la oficina 111. La que se sitúa justo debajo de Gómez Gómez y Asociados.  A espaldas del escritorio del Checo se encuentra una ventana que hasta ese momento servía para nada, pues la pared del edificio vecino la había dejado sin propósito alguno. Gómez la abrió  con sumo cuidado para poder escuchar la conversación,

Marrana, tráete la tabla -ordenó la misma voz-. Aquí no se puede vender mota así nomás porque sí, pinches morros pendejos. Ahora, por jugarle al verga van a saber qué pedo -continuó, ahora dirigiéndose a los inquilinos del 111.

Se escuchó el rechinar de una puerta,  una respiración agitada y la cacofonía que produce una tabla al ser arrastrada por el piso de cerámica. “Un tablazo a cada uno, a calzón quitáo – dijo la misma voz-. Formense ahí hijos de su puta madre. A ver esas nalguitas o nalgotas”. Se escucharon sollozos y unas carcajadas.

Sonaron cinco tablazos. Secos, tronados, bien puestos. Entre uno y otro tablazo suplicas, perdones, porfavores y gritos de dolor. “Mal día pa’ usar tanga, mija – dijo la autoritaria voz que dirigía todo, antes de sonar el quinto y último tablazo-. Aquí tienen sus dos kilitos de mota cada último de mes, vamos a pasar a traerles otros dos kilos de mota y recoger nuestros mil dólares ¿estamos?”. Checo asumió que las cabezas asintieron. Pues ya solo se escucharon las lágrimas, el dolor y la humillación.

Estudio 664 decía el rótulo de neón en la puerta de la oficina 111, en el primer piso de la Plaza Defensores de Baja California. Un cibercafé, librería de usado y hackerspace que recién se había instalado en la Plaza Ángulo. Checo entró y encontró a cinco personas y a veintisiete computadoras (10 de escritorio y 17 pórtatiles) tiradas, rotas y con las miradas pérdidas.